Científicos de China y Estados Unidos han desarrollado unas lentes de contacto que transforman la luz infrarroja en señales visibles. No requieren batería, son transparentes y mejoran la visión nocturna de forma no invasiva.
Por: AGENCIA SINC
Servicio de Información y Noticias Científicas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.
Un grupo de investigadores ha dado un paso decisivo hacia la visión mejorada sin necesidad de equipos voluminosos. Se trata de unas lentes de contacto capaces de hacer visible la luz infrarroja, lo que permite ver en total oscuridad. La clave está en el uso de nanopartículas integradas en materiales flexibles y seguros para el ojo humano, similares a los utilizados en lentillas blandas convencionales.
Estas nuevas lentillas convierten longitudes de onda infrarroja, que van de los 800 a los 1.600 nanómetros, en luz que el ojo humano puede percibir dentro del rango visible. Lo hacen sin necesidad de baterías ni sistemas externos, lo que las diferencia de las tradicionales gafas de visión nocturna.
Las pruebas, realizadas tanto en ratones como en humanos, confirmaron su efectividad. En experimentos con animales, aquellos que llevaban las lentillas mostraron comportamientos asociados con la percepción infrarroja, como preferir zonas oscuras frente a otras iluminadas con luz invisible. También presentaron respuestas fisiológicas como la contracción de las pupilas y activación cerebral relacionada con la visión.
En los ensayos con humanos, los participantes fueron capaces de detectar señales infrarrojas intermitentes similares a un código Morse. Curiosamente, con los ojos cerrados, la recepción de la información era aún más clara. Esto se debe a que la luz infrarroja cercana atraviesa los párpados con mayor eficacia que la luz visible, lo que reduce las interferencias externas.
Una variante del diseño permitió incluso distinguir diferentes longitudes de onda del espectro infrarrojo mediante colores visibles. Por ejemplo, ciertas frecuencias se transformaron en luz azul, verde o roja. Esta función no solo ofrece una visión más rica en entornos oscuros, también podría adaptarse para ayudar a personas con daltonismo a identificar colores que de otro modo no podrían ver.
A pesar de sus ventajas, estas lentes aún presentan algunas limitaciones. La conversión de luz tan cerca del ojo genera cierta dispersión que afecta la nitidez. Para solucionarlo, los investigadores han desarrollado un prototipo de gafas con la misma tecnología, que mejora la resolución de imagen.
Actualmente el equipo continúa trabajando para aumentar la sensibilidad de las lentillas, buscando que puedan captar niveles más bajos de radiación infrarroja. Su meta es ampliar el rango de uso en entornos donde hoy resulta inviable aplicar visión nocturna sin apoyo tecnológico adicional.
Tian Xue, neurocientífico de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, asegura que este avance podría cambiar la forma en que percibimos el entorno. El potencial de estas lentillas va más allá del ámbito científico, con aplicaciones en seguridad, rescate, comunicación cifrada y apoyo a personas con discapacidades visuales. Una nueva era de visión humana podría estar comenzando, sin necesidad de abrir los ojos para ver lo invisible.