Una nueva revisión sistemática y meta-análisis confirma que los dispositivos de rehabilitación auditiva reducen el aislamiento y mejoran la calidad de vida social, especialmente en personas mayores.
El uso de audífonos e implantes cocleares no solo mejora la audición, sino que también transforma la vida social de quienes viven con pérdida auditiva. Así lo demuestra una nueva revisión sistemática y meta-análisis publicada el 3 de julio de 2025 en la revista médica JAMA Otolaryngology–Head & Neck Surgery, que analizó los resultados de 65 estudios con más de 5,900 participantes adultos de todo el mundo.
El estudio, liderado por un equipo de investigadores de instituciones académicas estadounidenses, evaluó cómo los dispositivos de rehabilitación auditiva —incluyendo audífonos tradicionales, implantes cocleares, dispositivos de conducción ósea y amplificadores personales— impactan en aspectos como la calidad de vida social, la percepción de aislamiento y la soledad.
Los hallazgos son contundentes: el uso de audífonos o implantes cocleares se asoció con una mejor calidad de vida social, menor percepción de discapacidad social y, en algunos casos, una reducción en los niveles de soledad.
“La pérdida auditiva no tratada puede conducir al aislamiento social, la depresión y, con el tiempo, al deterioro cognitivo. Este estudio demuestra que actuar a tiempo y utilizar dispositivos auditivos puede revertir o mitigar esas consecuencias”, señalan los autores.
Más que oír, conectarse con otros
El análisis reveló que quienes utilizan implantes cocleares mostraron mejoras aún mayores en su vida social que aquellos con audífonos, especialmente en casos de pérdida auditiva moderada a severa. Esto se debe en parte a que los implantes cocleares ofrecen una mayor claridad en el habla y suelen acompañarse de un proceso de rehabilitación auditiva más estructurado.
“La diferencia entre usar o no un dispositivo auditivo no solo afecta lo que escuchas, sino cómo vives: desde participar en una conversación hasta disfrutar de una comida en familia”, comentó la investigadora Kaitlin Hori, una de las autoras principales del estudio.
Además, el uso continuo de estos dispositivos amplifica sus beneficios sociales con el tiempo. Cuanto más tiempo los usuarios emplean audífonos o implantes cocleares, mayores son las mejoras en su integración social y en su percepción de bienestar.
Reducción del aislamiento, clave para la salud mental y cognitiva
Aunque la reducción de la soledad no fue concluyente en todos los casos debido a la variabilidad en las herramientas de medición, los resultados apuntan a una tendencia positiva. Estudios previos han vinculado la pérdida auditiva con menor estimulación cognitiva, mayor esfuerzo mental en conversaciones, e incluso cambios en la estructura cerebral relacionados con demencia.
“Escuchar mejor permite pensar mejor. Y más aún, permite vivir mejor. Los lazos sociales y el bienestar emocional son parte esencial del envejecimiento saludable”, añade el análisis.
Implicaciones para profesionales y cuidadores
Los expertos recomiendan que médicos, audiólogos y cuidadores consideren seriamente promover el uso de dispositivos de rehabilitación auditiva entre adultos mayores y otras personas con pérdida auditiva. Estos dispositivos no solo representan una herramienta médica, sino también una intervención social que puede prevenir el aislamiento, mejorar el estado de ánimo y fortalecer la conexión con los demás.
En contextos como Puerto Rico y Estados Unidos, donde la población envejeciente crece rápidamente, estos hallazgos cobran una relevancia particular. Las barreras de acceso, el estigma y el desconocimiento todavía impiden que muchas personas busquen ayuda auditiva.
Este estudio es el primero de su tipo en cuantificar el efecto de los dispositivos auditivos sobre los aspectos sociales de la vida cotidiana. A pesar de algunas limitaciones —como la diversidad de métodos y participantes—, sus conclusiones aportan una base sólida para impulsar políticas de salud pública que promuevan una audición accesible y rehabilitada.