Con la temporada de calor, aumentan los riesgos en playas y piscinas. Expertos recomiendan técnicas simples de flotación y consejos prácticos para prevenir tragedias en el agua entre personas mayores.
En el Caribe, donde las altas temperaturas y la cercanía al mar hacen que nadar sea una de las actividades favoritas de las personas mayores, es importante tomar precauciones para evitar incidentes graves como los ahogamientos. Aunque se asocie más con niños o jóvenes imprudentes, la realidad es que el riesgo de ahogamiento aumenta significativamente con la edad, debido a condiciones de salud preexistentes, fatiga repentina o una sobreestimación de la capacidad física.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los adultos mayores tienen una mayor probabilidad de sufrir accidentes acuáticos debido a enfermedades cardíacas, problemas musculares o pérdida de reflejos, que pueden hacer que una situación aparentemente tranquila se torne peligrosa en segundos.
Una de las recomendaciones más importantes para las personas mayores es no nadar solas y evitar zonas sin vigilancia, ya sea en la playa, en ríos o en piscinas privadas. La presencia de otra persona puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en caso de emergencia.
Técnicas sencillas que pueden salvar vidas
Especialistas en salvamento acuático promueven el uso de técnicas de flotación pasiva como la flotación de espaldas o la llamada “posición de estrella de mar”. Consisten en relajarse en el agua, extender brazos y piernas, y respirar con calma, permitiendo que el cuerpo se mantenga a flote con el menor esfuerzo posible.
También se recomienda la técnica del “hombre muerto”, que implica dejar el cuerpo suelto y ligeramente hundido, controlando la respiración para salir a la superficie de manera periódica y sin pánico. Esto ayuda a evitar el agotamiento y a mantener la calma si no se puede salir inmediatamente del agua.
Otras medidas preventivas importantes:
- Evitar bañarse si se siente débil, mareado o ha ingerido medicamentos que afectan el equilibrio.
- Usar chaleco salvavidas si no se sabe nadar con seguridad, especialmente en mar abierto o ríos.
- Evitar nadar después de comer en exceso o con consumo de alcohol.
- Respetar las banderas y señales de advertencia en las playas y seguir las instrucciones de los salvavidas.
- Consultar con el médico si se tiene una condición crónica antes de nadar o hacer actividad física en el agua.
Conocer estas técnicas y aplicar medidas básicas de seguridad puede marcar una gran diferencia. La recreación acuática no tiene edad, pero la prevención tampoco. Disfrutar del agua de forma segura es posible si se actúa con prudencia y se está preparado.