Por: Gabriel Padilla
Gabriel Padilla, DC,CPT Chiropractor/Personal Trainer / RMSK (Candidate)
El COVID-19 sigue circulando globalmente y representa un riesgo mayor para los personas de edad avanzada. Aunque muchas comunidades han adaptado su convivencia con el virus, los adultos mayores deben mantener medidas de prevención específicas para reducir las complicaciones graves, hospitalizaciones y secuelas a largo plazo.
Por qué los adultos mayores tienen mayor riesgo
● La edad avanzada se asocia con una menor respuesta inmunitaria, lo que dificulta
combatir infecciones virales.
● La presencia de comorbilidades (hipertensión, diabetes, enfermedades cardíacas,
enfermedades pulmonares) eleva la probabilidad de resultados adversos severos.
(CDC)
● Los adultos mayores presentan mayor riesgo de desarrollar COVID grave,
hospitalización, ventilación mecánica o muerte. (CDC)
● Incluso después de recuperarse, existe riesgo de COVID prolongado (long COVID),
con síntomas persistentes como fatiga, “niebla mental” (brain fog) y deterioro funcional.
(Ada)
Medidas de protección esenciales
- Vacunación actualizada
Mantenerse al día con las dosis de refuerzo es vital. Las vacunas continúan siendo la defensa más eficaz para prevenir enfermedad grave, hospitalización y muerte por COVID-19. (National Council on Aging)
En personas con riesgo elevado o inmunocomprometidas, algunas guías médicas evalúan el uso de tratamientos profilácticos (anticuerpos monoclonales) como complemento en situaciones de alto riesgo. (PMC) - Uso de mascarilla de alta calidad en ambientes de riesgo
Cuando haya aglomeraciones, espacios cerrados mal ventilados o presencia de personas enfermas, el uso de mascarillas tipo respirador (por ejemplo N95, KN95) puede reducir la exposición al virus. (Ada) - Higiene de manos frecuente y adecuada
Lavarse las manos con agua y jabón por al menos 20 segundos, o usar gel desinfectante con al menos 60 % de alcohol cuando no sea posible el lavado. (National Council on Aging) - Ventilación y aire fresco
Mantener ventanas abiertas o usar sistemas de ventilación ayuda a reducir la concentración del virus en espacios interiores. (Better Health Channel) - Evitar el contacto con personas enfermas
Si alguien cercano presenta síntomas respiratorios, es prudente limitar el contacto, usar máscara y mantener distancia hasta descartar infección. - Acceso temprano a tratamientos antivirales
En caso de contagio, comenzar tratamiento antiviral dentro de los primeros días (según la guía médica local) puede reducir la severidad de la enfermedad. (Ada) Es importante consultar al médico tan pronto aparezcan síntomas para evaluar la
elegibilidad a estas terapias. - Seguimiento de enfermedades crónicas
Controlar estrictamente las condiciones médicas existentes (diabetes, hipertensión, enfermedad pulmonar, etc.) mejora la resistencia frente a la infección y reduce el riesgo de complicaciones. - Mantener el bienestar emocional y mental
El estrés, la ansiedad o el aislamiento pueden debilitar el sistema inmune. Promover la conexión social (con medidas seguras), actividades placenteras y apoyo psicológico ayuda también a la salud general en tiempos de COVID.
Qué hacer si un adulto mayor desarrolla COVID-19
● Monitorizar síntomas cuidadosamente (fiebre persistente, dificultad respiratoria, confusión, fatiga intensa).
● Si los síntomas empeoran (dificultad para respirar, dolor en el pecho, somnolencia marcada), acudir al servicio de salud de inmediato.
● Mantenerse en contacto con el médico para recibir pautas personalizadas: algunos pacientes pueden ser tratados en casa con antivirales, otros requieren supervisión hospitalaria. (Ada)
● Descansar mucho, mantenerse hidratado, y controlar las condiciones crónicas mientras transcurre la infección.
Conclusión. El COVID-19 continúa siendo una amenaza real para los adultos mayores, especialmente aquellos con condiciones médicas subyacentes. Sin embargo, con medidas de prevención acertadas —vacunación, uso adecuado de mascarillas, higiene, ventilación y acceso temprano a tratamientos— es posible minimizar el impacto del virus. Actuar con conciencia y anticipación ayuda a proteger la salud, la autonomía y la calidad de vida de las personas mayores frente a este desafío persistente.