Por: Gabriel Padilla
Gabriel Padilla, DC,CPT Chiropractor/Personal Trainer / RMSK (Candidate)
La influenza, comúnmente llamada gripe, es una infección respiratoria causada por el virus influenza. Aunque puede afectar a personas de todas las edades, los adultos mayores —especialmente aquellos con enfermedades crónicas— son más vulnerables a presentar complicaciones graves, como neumonía, hospitalización e incluso muerte. Cuidar la salud frente a la influenza en la tercera edad es esencial para mantener la calidad de vida y reducir riesgos.
Riesgos de la Influenza en la Vejez
● Sistema inmune debilitado: Con el envejecimiento, las defensas del organismo
pierden eficacia, lo que dificulta combatir infecciones.
● Mayor probabilidad de complicaciones: Personas con enfermedades
cardiovasculares, diabetes o pulmonares tienen un riesgo particularmente elevado.
● Impacto funcional: Un episodio de influenza puede prolongar la recuperación, afectar
la movilidad y reducir la autonomía.
Medidas de Prevención
- Vacunación anual:
La vacuna contra la influenza es la herramienta más eficaz. Se recomienda a todos los adultos mayores de 65 años, idealmente antes del inicio de la temporada de gripe. Existen vacunas específicas con dosis altas o adyuvantes, diseñadas para generar una mejor respuesta inmunológica en este grupo etario. - Higiene de manos:
Lavarse las manos con agua y jabón de manera frecuente, o usar gel con alcohol, reduce significativamente la transmisión del virus. - Uso de mascarillas en temporada alta:
Especialmente en espacios cerrados o concurridos, puede disminuir el riesgo de contagio. - Evitar el contacto con personas enfermas:
Limitar visitas o reuniones cuando haya brotes activos en la comunidad ayuda a proteger a los más vulnerables. - Estilo de vida saludable:
Mantener una dieta equilibrada, dormir adecuadamente y hacer ejercicio moderado fortalece el sistema inmunológico.
Cuándo Consultar al Médico
Si un adulto mayor presenta fiebre, tos intensa, dolor muscular, dificultad para respirar o empeoramiento de enfermedades crónicas, debe acudir de inmediato a un profesional de la salud. El tratamiento temprano con antivirales puede reducir la severidad y duración de la enfermedad.
Conclusión: La influenza no debe subestimarse en la tercera edad. Con la vacunación anual, hábitos de prevención y atención médica oportuna, es posible reducir significativamente los riesgos asociados a esta enfermedad. Protegerse de la influenza significa preservar la salud, la independencia y la seguridad de los adultos mayores.