“Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero” rescata al hombre detrás del mito
Cuando pensábamos que lo sabíamos todo de Juan Gabriel —o al menos de la leyenda—, llega este 30 de octubre a la plataforma Netflix un nuevo capítulo de su historia que nos obliga a mirar más allá del escenario. La serie documental “Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero” abre las puertas al archivo íntimo del artista y nos revela al hombre detrás de la capa de brillos, aplausos y éxitos.
Dirigida por María José Cuevas —quien ya había explorado vidas complejas en “Bellas de Noche” y “La Dama del Silencio”— y producida por Laura Woldenberg e Ivonne Gutiérrez, esta producción de cuatro episodios se adentra en los casi 45 años de carrera de Alberto Aguilera Valadez —nombre real del Divo de Juárez—, desde sus inicios humildes hasta su estela de éxitos, polémicas y vulnerabilidad.
Un archivo personal que lo dice todo
Lo que hace especial este documental es que no se queda en la superficie: se nutre de vídeos, audios y fotos capturados por el propio Juan Gabriel a lo largo de décadas, material nunca antes visto o escuchado que ayuda a dimensionar su mundo interior. “Tuve la fortuna de obtener un archivo videográfico invaluable que el mismo Juan Gabriel capturó desde los 70s”, afirma Cuevas en entrevista.
En este recorrido íntimo veremos desde la soledad que se transformó en inspiración hasta el escenario que lo consagró como himno de varias generaciones. Tal como adelanta la sinopsis oficial: “Videos personales y entrevistas inéditas muestran la genialidad, los sacrificios y la dualidad entre la vida pública y privada”.
El hombre más allá del mito
Más allá del traje, la peluca y el show interminable, Juan Gabriel fue un ser humano marcado por la nostalgia, el deseo de ser reconocido y el impulso de crear sin freno. Esta docuserie permite entender cómo el creador de clásicos como “Querida”, “Amor eterno” o “Hasta que te conocí” convirtió su dolor, sus anhelos y su historia personal en canciones que hoy son parte de la memoria colectiva.
También se exploran los estigmas y prejuicios que retó a lo largo de su vida: un artista libre, sensible, complejo, que no encajaba en moldes fáciles pero que abrazó esa diferencia para transformar su música y su imagen en algo eterno.
¿Por qué verla?
- Porque ofrece algo nuevo: archivos personales, íntimos, que jamás habíamos visto.
- Porque humaniza a un gigante de la música: entender a Alberto Aguilera para valorar a Juan Gabriel.
- Porque es un homenaje que duele bonito —como lo describe la prensa— al hombre que dejó este plano en 2016, pero cuya voz sigue viva.
Así que ya lo sabes: ponte cómodo, prepara pañuelo (o no) y sumérgete en este retrato auténtico que promete mover fibras, recuerdos y quizá abrir nuevas preguntas sobre el legado de un artista irrepetible. Y para los que lo vivieron desde chiquitos o para los que lo descubren hoy: un viaje que promete ser tan nostálgico como revelador.






