Por: Yariliz Sanchez Rivera
Tecnóloga médica y estudiante de segundo año de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas.
¿Alguna vez has pensado cuál órgano es el más importante?
Una vez de niña, me hice esa pregunta. Tenía mucha seguridad en mi respuesta y pensaba que el corazón era el órgano más importante porque bombea toda nuestra sangre. Luego, de adolescente, me dije que el cerebro debía ser el más importante, ya que este controla las funciones de nuestro cuerpo. Ahora de adulta, no podría dar una respuesta única a esa pregunta, pues cada órgano cumple un rol único y necesario para el funcionamiento del cuerpo.
Hoy quiero hablarte de un órgano cuya importancia es tanta que la sabia naturaleza nos dio no uno, sino dos: los riñones.
¿Y para qué sirven los riñones?
Para quien no ha tenido la oportunidad de ver unos riñones, estos órganos tienen forma de habichuela. Se encuentran uno a cada lado de la parte inferior de la espalda y no son más grandes que un puño cerrado.
A pesar de su apariencia sencilla y pequeño tamaño, los riñones son esenciales para la vida y realizan numerosas funciones, siendo la filtración glomerular una de las principales. La sangre llega a los riñones para ser filtrada por millones de glomérulos; gracias a estos, los riñones son capaces de separar desechos tóxicos como la urea y la creatinina, que son productos del metabolismo. Todo lo que el riñón filtra de la sangre se elimina a través de la orina. Así, la sangre sale de los riñones limpia y lista para regresar al corazón y continuar circulando. Este delicado y minucioso trabajo de eliminar lo tóxico y conservar lo necesario es realizado por los riñones día y noche, sin descanso. Su eficiencia es tanta que, en promedio, en un solo día pueden llegar a filtrar entre 20 y 30 veces toda la sangre del cuerpo.
Además de la filtración glomerular, los riñones se encargan de regular minerales como el potasio, sodio y calcio, y son los que activan la vitamina D, fundamental para la salud de nuestros huesos. También ayudan a controlar la presión arterial, mantienen el equilibrio ácido-base en nuestro organismo y producen eritropoyetina, una hormona que estimula la producción de glóbulos rojos.
¿Cómo andan mis riñones?
Hoy en día existen formas sencillas de tener una idea de cómo están tus riñones. Aunque ahora vas a conocerlas, es importante aclarar que cada persona es diferente y solo un médico puede diagnosticar y manejar tu plan de cuidado.
Para evaluar la salud renal, se utilizan análisis de sangre y orina. Entre ellos, la tasa de filtración glomerular, conocida como GFR por sus siglas en inglés, es una herramienta muy útil para conocer la función de los riñones. El GFR es un cálculo estimado que se basa en la creatinina sérica; se mide en mililitros por minuto y nos indica cuánta sangre están filtrando los riñones cada minuto.
● Un GFR mayor de 90 ml/min se considera ideal, lo que indica un buen funcionamiento renal.
● Un valor menor de 60 ml/min mantenido por más de tres meses es una señal de alerta de posible daño renal y debe ser evaluado por tu médico.
Otra prueba importante es la relación albúmina/creatinina en orina. Ambas pruebas nos permiten conocer el estado de los riñones mucho antes de que aparezca daño severo. Por eso, realizar estos análisis junto con un urianálisis al menos una vez al año es una excelente forma de autocuidado.
Causas y riesgos que pueden dañar los riñones
Existen condiciones y hábitos que, si no se controlan, pueden ir dañando poco a poco los riñones. En Puerto Rico, la diabetes ha sido la primera causa crónica en adultos que puede deteriorar los riñones a largo plazo. Muchas personas que viven con diabetes desconocen que esta enfermedad puede estar afectando sus riñones silenciosamente. Otras
condiciones como hipertensión, obesidad y síndrome metabólico, si no se mantienen bajo control, también pueden ir reduciendo la función renal.
Además de estas enfermedades, hay hábitos cotidianos que aumentan el riesgo de daño renal. Algunos ejemplos de estos son:
● Consumo excesivo de alimentos altos en sal.
● Uso frecuente de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como ibuprofeno y naproxeno, que se utilizan comúnmente para aliviar el dolor y la inflamación.
● Fumar cigarrillos o usar productos con tabaco.
Cuando tu cuerpo te está alertando…
El daño renal, en la mayoría de los casos, no suele presentar síntomas en sus etapas tempranas. Por eso, la detección depende muchas veces de las pruebas de laboratorio mencionadas. Sin embargo, las personas con función renal significativamente deteriorada pueden presentar los siguientes signos y síntomas:
● Hinchazón en piernas, tobillos o alrededor de los ojos.
● Disminución en la cantidad de orina.
● Orina con espuma (puede indicar proteinuria).
● Presencia de sangre en la orina.
● Cansancio persistente.
● Hipertensión difícil de controlar.
Como ves, algunos de estos síntomas son inespecíficos. No toda persona que presente hinchazón en los tobillos y cansancio necesariamente tiene un problema renal, pero sí debería tomarlos como señal de alerta y realizarse una evaluación médica para conocer el estado de su función renal.
Cómo cuidar mis riñones en el día a día
El cuidado de los riñones se logra poco a poco y en el día a día. Es la suma de pequeños cambios lo que nos lleva a grandes beneficios; por eso, te enumeraré las siguientes recomendaciones para la prevención y cuidado renal:
- Elegir alimentos con menos sal. Sustituye los productos que consumes
habitualmente por opciones con bajo contenido de sodio (“Low sodium”). - Mantener controlados los niveles de azúcar en sangre. Esto incluye tener una
hemoglobina glicosilada (A1c) en rangos saludables si tienes diabetes. - Mantenerte bien hidratado. Bebe suficiente agua, salvo que tu médico te indique
alguna restricción. - Evitar la automedicación, especialmente con antiinflamatorios no esteroideos
(AINEs), como ibuprofeno o naproxeno, que pueden dañar los riñones si se usan en
exceso sin supervisión médica. - Cuida tu peso. Mantener un peso saludable y realizar actividad física ayuda a
proteger tanto los riñones como el corazón. - Siempre consulta a tu médico. Recuerda que la evaluación médica es esencial
para tener un plan de cuidado completo.
Sé que, en ocasiones, cuidar de nuestra salud puede parecer una tarea complicada; por eso, educarnos sobre nuestro cuerpo nos permite tomar decisiones seguras y proteger nuestra calidad de vida. Continúa informándote, hazte tu evaluación médica y cuídate.
Referencias
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